ÓLVEGA
Carmen nació en Ólvega, provincia de Soria, en el seno de una familia numerosa. Sus padres se llamaban Antonio y Clementa, y era la quinta de nueve hermanos. La casa familiar está en la plaza de España del pueblo. Fue bautizada el 28 de noviembre de 1930 en la Iglesia parroquial de Santa María la Mayor de Ólvega, en una pequeña pila bautismal que todavía se conserva.

TUDELA

Su familia se trasladó muy pronto a Tudela, por lo que ella vivió su infancia y adolescencia en Tudela, hasta los 15 años. Estudió en el Colegio de la Compañía de María. Muchos misioneros jesuitas cuando pasaban por Tudela, solían visitar dicho colegio y hablaban de las misiones en el Oriente. Estos testimonios despertaron en Carmen el amor a ser misionera.
Carmen, cuando iba de camino al colegio, solía cruzar por dentro la Catedral de Santa María para visitar al Santísimo, entraba por una puerta y salía por otra, rezando a diario en la Capilla del Espíritu Santo. Ella misma cuenta que en esta capilla sintió la llamada a la misión, escuchando por vez primera en español el Evangelio de la pesca milagrosa.
JAVIER
El castillo de Javier es el lugar de nacimiento de San Francisco Javier, patrono universal de las misiones. A los 18 años dejó su casa y ya no volvió más. Arrastrado por su celo evangelizador, recorrió el Extremo Oriente, la India, el Japón y otros lugares, muriendo a las puertas de China, en la isla de Sancián. Carmen, en su ardor misionero, solía decir que: “Yo conocí a san Francisco Javier antes que a san Pablo.” Así, san Francisco Javier y la India se convirtieron en su ideal misionero.

En este lugar Carmen entró en el Instituto de las Misioneras de Cristo Jesús, fundación apoyada por el obispo D. Marcelino Olaechea, y el misionero jesuita Padre Domenzáin. Que tenía la casa de formación en un edifico cercano al castillo. Ingresó en 1954, y allí hizo el noviciado. En este Instituto estuvo durante 8 años, hasta que el Señor le mostró que su voluntad para su vida era otra. Después de un viaje a Tierra Santa en 1963-1964 y volviendo a Madrid, empezó con Kiko Argüello lo que después se conocería como el Camino Neocatecumenal, que la Iglesia ha reconocido oficialmente como “un itinerario de formación católica válida para la sociedad y para los tiempos de hoy”.
CRISTO SONRIENTE DEL CASTILLO DE JAVIER

no sabe qué es rezar” (Carmen)
En el oratorio del castillo de Javier hay una talla románica de Cristo crucificado, que se conoce como el “Cristo sonriente”, con la cabeza inclinada sobre su hombro derecho. Luce en sus labios una suave y dulce sonrisa. Carmen se conmovía rezando ante esta talla, que sonríe dulcemente.